sábado, 18 de enero de 2014

Novela

Resignada 
Chapter 4   

Mi sueño es interrumpido por la luz del sol que entra por la ventana. Me despierto en un cuarto en el cual no recuerdo como llegue. Pero mi subconsciente me ataca con imágenes de la noche pasada, imágenes de David y la desconocida -si así la bautice-.
Me voy directa al baño a vomitar, solo recordar eso me dan nauseas.
La sensación que me queda después de terminar de vomitar es horrible, mi garganta me arde, odio esto.
No me había percatado de lo bonita que es la habitación, tiene dos camas-muchas gracias por darme cosas que no necesito recepción-, el baño es pequeño, pero no necesito más, tengo una televisión enorme (ahora sé por qué me cobraron eso), en fin es una habitación muy bonita, pero no puedo permanecer más tiempo aquí. Tengo que irme, o terminare sin un maldito centavo.
Recojo mis cosas-lo cual no es complicado porque solo es mi bolso- y bajo directa a recepción.
-Buenos días señorita Robinson, ¿en qué le puedo ayudar?- me dice la misma persona que me atendió ayer -o eso creo-.
-Hola, vengo a regresar la habitación- intento dibujar una sonrisa en mi rostro pero me es imposible.
Le entregue todo lo necesario para irme rápido.
-Bueno eso sería todo señorita Robinson, gracias por su preferencia- me dijo deslumbrándome con su sonrisa perfecta.
Me despido como puedo y salgo del hotel rápido, llamo a un taxi pero me doy cuenta de que no tengo a donde ir.
-¿Va a ocupar el taxi señorita?- me dice el taxista ya con la puerta abierta.
-No, lo siento- le contesto arrepentida.
El taxista un poco desilusionado se mete en el taxi y se va.
Rebusco en mi bolso en busca de mi celular, ya sé a quién llamar. Marco el número y espero.
-¿Hola?-contesta mi hermana.
-Hola Mariana- contesto.
-¡Dani! ¿Cómo estás?- me pregunta con su típico tono alegre.
-Mal pero no me gustaría discutir esto por teléfono, llamo para avisarte que tomare un vuelo a New York- le digo, y me sorprendo de lo que acabo de decir, ¿yo, a New York? ¿Yo dejando mi trabajo y mi casa?
Sí, no quiero dar vuelta atrás, lo único bueno del pasado es eso, que es pasado.
-¿Enserio?, ¿a qué hora llegas?- me pregunta
-¿Qué te parece si cuando llegue tomo un taxi y los veo en casa de mis papás?- le pregunté
-Está bien Dani, pero llámame cuando llegues, tengo muchas ganas de verte y ahora gracias a tu contestación, estoy un poco preocupada.
-No te preocupes, ya hablaremos cuando llegue, adiós, besos.
-Adiós Dani-. Y así me despido de mi hermana, consiente del siguiente paso que quiero dar.
-¡Taxi!- grito, y consigo que uno se pare. Subo en el sin demora.
-Al aeropuerto por favor- le digo, y doy una pequeña despedida a México, ciudad que me dio una oportunidad. Pero en la cual no quiero vivir mi futuro.

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